domingo, 18 de abril de 2010
Intento de bloqueo al cambio climático
Las cenizas del volcán islandés puede que amortigüe los efectos del cambio climático. La naturaleza nos echa una mano! Si las partículas de ceniza que emergen de las explosiones producidas en el volcán llegan a la estratosfera (capa de la atmósfera que se encuentra a 12km de altura), podría darse un "efecto refrigerador" durante varios años, ya que reduciría la radiación solar que llega a la superficie terrestre, es decir, aumentaría el albedo.
¿Por qué es conveniente que alcance la estratosfera? Precisamente en esta capa de la atmósfera no se produce precipitaciones, lo cual, estas partículas no llegarían a la superficie terrestre y podrían permanecer allí durante 2 ó 3 años. Estas partículas estarían en suspensión y darían la vuelta al mundo reflejando la radiación solar y, como consecuencia, disminuyendo la temperatura global del planeta.
Para ello, debería tratarse de una erupción volcánica mucho más potente de la que, de momento, estamos siendo testigos. No obstante, se han registrado a lo largo de la historia erupciones volcánicas que han tenido consecuencias climáticas como las que aquí se narran. En abril de 1815, en la isla de Sumbawa (Indonesia) entró en erupción el volcán Tambora; como consecuencia en 1816 se produjo el llamado "año sin verano" en 1816. Se estimó que la nube de aerosoles producidos alcanzaron una altura de 50km y en pocos meses se observaron sus efectos en Europa, el Nordeste de América y Canadá. Malas cosechas provocadas por las inusuales temperaturas y dando lugar a hambrunas.
Muchos científicos estudian con mucho ahínco la forma de caracterizar la carga de aerosoles en la atmósfera, para así, poder disponer de un indicador del potencial efecto climático de estos fenómenos naturales. Lamentablemente no se tiene información cuantitativa sobre las características de erupciones volcánicas y sus efectos en tiempos remotos, la información que se tiene proviene de referencias en documentos y grabados contemporáneos.
Se ha dispuesto de indicadores indirectos que permiten cierto nivel de cuantificación de las características de la erupción, pero sólo en épocas recientes. Por ejemplo, las dimensiones de los anillos de los árboles (la temperatura juega un papel importante), las capas de hielo en los glaciales (donde han quedado atrapados compuestos sulfurosos), los sedimentos depositados en el fondo de los mares y lagos están siendo objeto de estudio como indicadores potenciales.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me encanta, por fin alguien que habla de la repercusión en el clima y no de las impertinencias económicas de este fenómeno. Gracias.
ResponderEliminar